Por: Rvdo. Dr. Samuel E. Pérez Rivera

Diplomate Supervisión (CPE)

 

 El propósito principal de nuestro escrito consiste en motivar a cada agente pastoral a identificar ideas y prácticas nocivas sobre el cuidado personal, y cambiar éstas por ideas y estrategias que promuevan un ecosistema de bienestar integral.

Deseamos que cada lector logre diseñar, desarrollar e implementar un plan estratégico de autocuidado que promueva su bienestar personal, familiar y ministerial.

Comenzaremos por describir lo que entendemos por el concepto “autocuidado” para efecto de nuestro escrito. Dicho de manera sencilla, el autocuidado se describe como: “el cuidado y cultivo de uno mismo en un sentido integral.” De acuerdo a Reasoner, autocuidado significa asumir la responsabilidad de tu bienestar en todas las áreas importantes de tu vida (La receta del autocuidado, 2021).

 

De acuerdo al Dr. Chambo, Superintendente General de la Iglesia del Nazareno, “El cuidado personal no es un acto egoísta sino un acto de amor, tanto para uno mismo como para los demás. Es un reconocimiento de que somos el pueblo santo de Dios, dotados y llamados a participar con Dios en su misión redentora en el mundo. Un líder espiritual reconoce su llamado a influir en la vida de las personas (individuales y corporativas) con la agenda de Dios, la agenda redentora del mundo.” (Liderándonos a nosotros mismos)

La necesidad de todo agente pastoral es aprender a cuidarse a sí mismo. Una gran necesidad y un mito que suelen tener algunos agentes pastorales es que tenemos que estar dispuestos a servir y cuidar de los demás 24/7, 365 días al año.

Evidentemente existe una importante pregunta que requiere nuestra respuesta. ¿Sobre quién recae primariamente el cuidado integral de los agentes pastorales, ministeriales y líderes eclesiásticos? La exagerada e irracional expectativa que, desafortunadamente, todavía es una realidad en nuestros contextos congregacionales es que la pastoral está disponible en todo tiempo y bajo cualquier situación y circunstancia. Requiere de todo agente pastoral responder a la pregunta ya planteada. Evidentemente la responsabilidad de cuidar primariamente de la salud integral recae en cada agente pastoral de manera personal e individual. El mayor riesgo de ser atrapado en la tóxica noción de que hay que estar disponibles 24/7 es que la pastoral lo crea.

Contrario a la idea de que las pastoras y los pastores son incansables y a prueba de todo, comparto algunos datos estadísticos que revelan la humanidad de estos profesionales y su exposición al agotamiento. El 75% reporta que se encuentran estresados. Un 90% trabaja 55-75 horas a la semana. El 91% señala que han experimentado alguna forma de agotamiento ministerial. Un 70% no cuenta con un amigo cercano (Pastor Statistics”Fuller Institute, George Barna, Lifewayand Pastoral Care Inc., 2021, allpropastors-portal/pastors-statistics/).

No obstante, existe una pregunta que requiere nuestra respuesta. ¿Por qué los pastores y pastoras se encuentran particularmente propensos al agotamiento? Les comparto algunas razones.

  1. No se les ha enseñado a cuidar de otros en la forma correcta.
  2. Se preocupan demasiado porque se sienten culpables.
  3. Se preocupan demasiado y se sienten impotentes para proporcionar las soluciones adecuadas.
  4. Se preocupan demasiado todo el tiempo.
  5. No se preocupan lo suficiente por su propia recuperación.
  6. Tienen ideas idealistas del ministerio.
  7. Compiten por el “éxito” ministerial.

El agotamiento es una señal evidente y contundente de la necesidad de que cada pastor o pastora desarrolle una estrategia de autocuidado, y de esta manera prevenir el agotamiento ministerial o por lo menos poderlo minimizar.

Me permito finalizar este breve escrito sugiriendo algunas estrategias para afrontar y prevenir el agotamiento pastoral. En primer lugar, debemos reconocer nuestra vulnerabilidad. Debemos reconocer que en efecto todos y todas somos susceptibles a agotarnos. Es necesario reconocer y aceptar nuestras limitaciones. Será necesario evitar ser víctimas del “Síndrome del Mesías”, creer que podremos “salvar a los demás”. Todo agente pastoral necesitará contar con personas que lo acompañen, necesita de otros. Planificar espacios para diversión con la familia es de vital importancia. Finalmente cuidar de las prácticas espirituales y mantener una actitud de adoración será vital para recuperar energías físicas, emocionales y espirituales.

Por otro lado, es necesario recordar y reconocer que una parte fundamental del autocuidado, es la que se refiere al autocuidado espiritual. La misma consiste en las actividades que dirigen nuestra atención hacia el interior y permita que nos conectemos con Dios y con nuestro ser interior.

Finalmente debemos recordar que será necesario que cada agente pastoral eduque a la congregación en cuanto a la necesidad de velar y procurar por su propio cuidado. Les dejo tres preguntas finales con la intención de que podamos aplicar lo discutido en el escrito.

¿Cómo podemos cuidar de los demás si no cuidamos de nosotros mismos? ¿Recuerda las observaciones de los asistentes de vuelo al dar las instrucciones de cómo actuar en caso de una descompensación de oxígeno la cabina del avión? ¿Recuerdas las instrucciones de qué hacer con la máscara de oxígeno?

 

Referencias bibliográficas

Chambo, Filemao. (2021). Liderarnos a nosotros mismos. Conferencia mentores de impacto. Material inédito.

Reasoner, Peter. (2021). La receta del autocuidado. Publicación independiente. Amazon USA.

 

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