En estos días la oficina de Ministerios Latinos de American Baptist Home Mission Societies estamos inmersos en la coordinación de uno programa titulado De la crucifixión de Jesús a la resurrección de Cristo, que será ofrecido por el Dr. Samuel Pagán. Este programa tiene como meta ofrecer estudios bíblicos e ideas refrescantes para los sermones de Semana Santa.
Trabajar en este proyecto ha traído a mi mente la pregunta ¿qué veo cuando miro a la cruz hoy? Las personas que fueron testigos de este evento hace más de dos mil años pudieron ver diversos cuadros. Los discípulos vieron a su líder partir. María vio a su hijo ser asesinado. Algunos vieron una crucifixión más. El ladrón crucificado vio el perdón y la esperanza. Los fariseos vieron cómo un revoltoso que atentaba contra la paz con los romanos era eliminado. Jesús vio su tarea consumada.
Pero cuando hoy, en febrero de 2021, miro a la cruz, ¿qué veo? ¿Qué significado contextual puedo atribuirle a esa cruz? ¿Qué Jesús está entregando en el Gólgota? Cuando miro a la cruz veo a todas las mujeres que son asesinadas por el simple hecho de ser mujeres. Veo cientos de miles de mujeres en el mundo que son tratadas como una propiedad. Junto a ellas veo a personas de la comunidad LGBTQQI+ que son asesinadas y perseguidas por su identidad de género. También veo a todas las personas que son asesinadas, discriminadas y perseguidas por su color de piel. Las lágrimas nublan mi vista al ver los niños y niñas que son maltratados, abusados y a los que son víctimas de las guerras. En la cruz veo cómo Jesús carga en su cuerpo el odio acumulado a todo lo que sea diferente, del mismo modo que carga todos nuestros pecados.
La cruz trae a mi mente y mi corazón todas esas atrocidades que Jesús cargó. Pero no puedo quedarme mirando solo a la cruz. No puedo quedarme en el momento en que la muerte y la oscuridad vencieron. Siempre que miro a la cruz, debo mirar también a la tumba vacía. Con la resurrección de Cristo sé que hay esperanza, que la Luz venció a la oscuridad. La tumba vacía es la esperanza de que otro mundo es posible, ahí vemos manifiesto el poder de Dios.
Al momento que redacto este texto, 2.24 millones de personas han muerto a causa del COVID-19, de estos, 460,000 han muerto en los Estados Unidos y Puerto Rico. Ayer mi corazón se entristeció grandemente pues la madre de una compañera de trabajo murió. No fue a causa del COVID-19, pero esta pandemia evitó que mi compañera pudiera compartir de cerca con su madre en su último año de vida. Asimismo, más de cuatro millones de personas han perdido su empleo en los Estados Unidos y Puerto Rico. Son momentos tristes y oscuros para todas estas personas y sus familiares. ¿Dónde está la tumba vacía?
Quisiera decir que la tumba vacía está en el descubrimiento de la vacuna y en la esperanza de que en unos meses la situación mejorará. Pero los datos demuestran que los inmigrantes y las minorías reciben la vacuna en menor escala que las personas blancas en Nueva York[1]. No dudo que eso ocurra en todos los estados. Asimismo, los países en vías de desarrollo están comenzando a recibir sus primeras vacunas en febrero y marzo de 2021, mucho tiempo después que las potencias mundiales.
La luz pareciera alumbrar primero y mejor a los poseedores de las riquezas mientras que los desposeídos reciben las migajas destinadas a los perrillos. Así funciona el sistema mundial; mas no así el amor de Dios. Vemos en el ejemplo de Jesús su opción preferencial por los pobres, por las desposeídas, por los marginados. La tumba vacía hoy debe ser la Iglesia que se rige por el ejemplo de Jesús y no se vende a la institucionalidad de un sistema fundamentado en el pecado de la avaricia. Iglesia, seamos luz en el mundo y caminemos con los desposeídos, seamos su voz y luchemos por un mundo justo donde sea evidente el Reino de Dios.
El programa De la crucifixión de Jesús a la resurrección de Cristo será ofrecido en modalidad virtual los sábados 27 de febrero, 6, 10 y 16 de marzo, de 4:00 a 5:00 de la tarde, hora del este. Las personas interesadas pueden registrarse en el siguiente enlace https://cvent.me/ZbQwxr.
[1] https://www.nbcnewyork.com/news/coronavirus/white-new-yorkers-get-vaccine-at-double-rate-of-minorities-mirrors-national-trend-city-data-shows/2857763/
En estos días la oficina de Ministerios Latinos de American Baptist Home Mission Societies estamos inmersos en la coordinación de uno programa titulado De la crucifixión de Jesús a la resurrección de Cristo, que será ofrecido por el Dr. Samuel Pagán. Este programa tiene como meta ofrecer estudios bíblicos e ideas refrescantes para los sermones de Semana Santa.
Trabajar en este proyecto ha traído a mi mente la pregunta ¿qué veo cuando miro a la cruz hoy? Las personas que fueron testigos de este evento hace más de dos mil años pudieron ver diversos cuadros. Los discípulos vieron a su líder partir. María vio a su hijo ser asesinado. Algunos vieron una crucifixión más. El ladrón crucificado vio el perdón y la esperanza. Los fariseos vieron cómo un revoltoso que atentaba contra la paz con los romanos era eliminado. Jesús vio su tarea consumada.
Pero cuando hoy, en febrero de 2021, miro a la cruz, ¿qué veo? ¿Qué significado contextual puedo atribuirle a esa cruz? ¿Qué Jesús está entregando en el Gólgota? Cuando miro a la cruz veo a todas las mujeres que son asesinadas por el simple hecho de ser mujeres. Veo cientos de miles de mujeres en el mundo que son tratadas como una propiedad. Junto a ellas veo a personas de la comunidad LGBTQQI+ que son asesinadas y perseguidas por su identidad de género. También veo a todas las personas que son asesinadas, discriminadas y perseguidas por su color de piel. Las lágrimas nublan mi vista al ver los niños y niñas que son maltratados, abusados y a los que son víctimas de las guerras. En la cruz veo cómo Jesús carga en su cuerpo el odio acumulado a todo lo que sea diferente, del mismo modo que carga todos nuestros pecados.
La cruz trae a mi mente y mi corazón todas esas atrocidades que Jesús cargó. Pero no puedo quedarme mirando solo a la cruz. No puedo quedarme en el momento en que la muerte y la oscuridad vencieron. Siempre que miro a la cruz, debo mirar también a la tumba vacía. Con la resurrección de Cristo sé que hay esperanza, que la Luz venció a la oscuridad. La tumba vacía es la esperanza de que otro mundo es posible, ahí vemos manifiesto el poder de Dios.
Al momento que redacto este texto, 2.24 millones de personas han muerto a causa del COVID-19, de estos, 460,000 han muerto en los Estados Unidos y Puerto Rico. Ayer mi corazón se entristeció grandemente pues la madre de una compañera de trabajo murió. No fue a causa del COVID-19, pero esta pandemia evitó que mi compañera pudiera compartir de cerca con su madre en su último año de vida. Asimismo, más de cuatro millones de personas han perdido su empleo en los Estados Unidos y Puerto Rico. Son momentos tristes y oscuros para todas estas personas y sus familiares. ¿Dónde está la tumba vacía?
Quisiera decir que la tumba vacía está en el descubrimiento de la vacuna y en la esperanza de que en unos meses la situación mejorará. Pero los datos demuestran que los inmigrantes y las minorías reciben la vacuna en menor escala que las personas blancas en Nueva York[1]. No dudo que eso ocurra en todos los estados. Asimismo, los países en vías de desarrollo están comenzando a recibir sus primeras vacunas en febrero y marzo de 2021, mucho tiempo después que las potencias mundiales.
La luz pareciera alumbrar primero y mejor a los poseedores de las riquezas mientras que los desposeídos reciben las migajas destinadas a los perrillos. Así funciona el sistema mundial; mas no así el amor de Dios. Vemos en el ejemplo de Jesús su opción preferencial por los pobres, por las desposeídas, por los marginados. La tumba vacía hoy debe ser la Iglesia que se rige por el ejemplo de Jesús y no se vende a la institucionalidad de un sistema fundamentado en el pecado de la avaricia. Iglesia, seamos luz en el mundo y caminemos con los desposeídos, seamos su voz y luchemos por un mundo justo donde sea evidente el Reino de Dios.
El programa De la crucifixión de Jesús a la resurrección de Cristo será ofrecido en modalidad virtual los sábados 27 de febrero, 6, 10 y 16 de marzo, de 4:00 a 5:00 de la tarde, hora del este. Las personas interesadas pueden registrarse en el siguiente enlace https://cvent.me/ZbQwxr.
[1] https://www.nbcnewyork.com/news/coronavirus/white-new-yorkers-get-vaccine-at-double-rate-of-minorities-mirrors-national-trend-city-data-shows/2857763/